Abandonamos Zaanse Schans para dirigirnos a la cercaa localidad de Edam apenas distante 21 kilómetros. La entrada a la misma fue un poco complicada ya que aparcar el coche en las calles céntricas fue imposible. Dando vueltas y más vueltas, por fin encontramos un parking público un poco distante del centro con un cartel de máximo de estancia 3 horas previo pago. Nuestro escrúpulo para estos casos es muy elevado, despues de dar mil y una vuelta para encontrar el sito donde abonar el estacionamiento no lo conseguimos por lo que optamos por dejar el coche pasara lo que pasase. Lo habíamos intentado.
Un grato paseo de apenas 15 minutos nos llevó al centro de la ciudad después de pasar dos o tres puentes levadizos sobre los canales, mientras que la soledad por las calles era completa. Por fin llegamos a una plaza donde esa ubicado el Ayuntamiento-Museo, espléndida construcción al estilo Luis XIV y majestuosa torre de madera. Frente a este edificio, obsevamos la terraza de un restaurante y como era hora de comer nos aposentamos en una de las mesas libres que había.
En un principio nos vimos rodeados de personas que a estas horas estaban ya tomando el te o café y no serian mas de las 14 horas. Tuvimos que esperarar unos 15 minutos hasta que nos entregaron la carta y preguntaron por la bebida. La carta era bastante extensa en varios idiomas menos en castellano. Otra vez echamos mano de Rodrigo para traducirnos los platos especificados en inglés.
El restaurante en cuestión se trataba de L'Auberge Damhotel que recomiendo a todos/as aquellos/as que decidan visitar EDAM aunque tengan que esperar un poco. Amparo eligió un Sándwich Club que cuando se o sirvieron se quedo pasmada. Se trataba de tres Sándwiches con ensalada, huevo, fiambres y una salsa de ensueño. Rodrigo eligió un plato de pollo al curry con arroz que era para dos personas y cocinado de manera excelente y yo una especie de rollitos rellenos uno de gambas, otro de anguila y otro de salmón, los dos últimos ahumados con una exquisita salsa para cada uno acompañados de patatas fritas y ensalada. Sin lugar a dudas la mejor comida que hicimos en Holanda. El precio un poco elevado pero volveríamos a repetir.
Después del postre y la sobremesa, decidimos estirar las piernas y recorrer un poco esta pequeña localidad cuyos origenes datan de el año 1230. Nuestros pasos por el casco antiguo nos llevaron hasta la inmediaciones del denominado Carillon, torre que se sobrevivió a la demolición de la iglesia contingua dedicada a a Virgen María construída en el año 1350 y demolida en 1882. Las campanas de esta torre de estilo gótico, fueron construidas por Pieter Van Den Ghein en 1566 y en la actualidad cada 15 minutos originan una corta melodía nada desagradable.
Paseando no podia faltar encontrar una tienda de quesos o Quesería donde por supuesto el único queso a la venta era el de donominación de origen Edam. Esta hecho a base de leche de vaca pasteurizada. El sabor una vez que lo has probado no sabes si es dulce o salado, lo que si es cierto que el mismo dura bastante en la boca.
Suele tener forma de bola, siendo su característica más esencial la cubierta de cera en color rojo, sin embargo esto es solo para los de exportación toda vez que para el consumo interno la corteza es de un color amarillo pálido. Aunque como he comentado antes generalmente es en forma de bola, igualmente se puede comercializar en forma de barra.
Por desgracia nos enteramos que el mercado de los quesos eran los miércoles de los meses de julio y agosto segun pudimos observar en un Conjunto escultórico de dos figuras masculinas transportando quesos.
Continuamos nuestro caminar hasta la Iglesia de San Nicolás o Grote Kerk, construida en el siglo XV de enormes dimensiones aunque reconstruida en diveras ocasiones. Hubiesemos querido entrar pero a esas horas estaba ya cerrada. Sin embargo esta visita no cayó en vacio. Adosado a la misma se encuentra el Cementerio de la ciudad y que a pesar de que pueda considerarse un poco lúgubre o cualquier otro adjetivo que se os ocurra, su visita respetuosa es una experiencia.
Para comenzar diré que lo más me sorprendió son los senderos entre las sepulturas que en lugar de tierra, estan recubiertos de pequeñas Conchas de moluscos como dedicación u homenaje al cercano mar. Aparte de esto es digno de ver las inmejorables esculturas de artistas anónimos que existen a la cabecera o pie de algunas lápidas, sobre todo una tumba que debería albergar el cadaver de un niño o niña por las Figuritas que tenía.
Vuelta al coche con una paso tranquilo admirando la belleza de algunos Rincones y al camping para preparar de nuevo el equipaje ya que al otro día partiríamos a Bruselas.